viernes, 7 de octubre de 2016

Recuerdos de Don Santiago

El 5 de octubre se cumplió un nuevo aniversario del fallecimiento de Santiago Lischetti, ocurrido en el año 2007 a la edad de 96 años.
Por tal motivo recupero del archivo el reportaje realizado para la sección El Personaje de la Semana publicado el 1º de octubre de 1999 en el Diario EL SUR (por entonces se llamaba Del Sur).
En este diálogo busqué mostrar un costado más personal e íntimo de alguien a quien siempre se lo consultaba sobre la historia de Villa Constitución o por su labor docente, pero poco sobre su propia vida. Tengo la satisfacción que me obsequiara varias de sus obras, material ineludible para mi trabajo periodístico.



Recetas para  una larga vida

El pasado 5 de setiembre (de 1999) cumplió 88 años, a lo largo de ellos Santiago Lischeiti construyó una trayectoria en base a su trabajo constante, sea como docente, historiador o poeta, sin mencionar su participación en las comisiones directivas de casi todos las instituciones de la ciudad.

 En plenitud
"Me felicito de estar pleno en cuanto a la mente, tengo las bisagras oxidadas -como digo siempre- porque tengo un poco de artrosis en las rodillas que no me impide trasladarme a donde quiero», comienza diciendo Santiago Lischetti haciendo gala de su característica locuacidad que permanece intacta con 88 años recién cumplidos.
Asegura estar «completamente sano» y «lúcido» y se enorgullece de su memoria. Al respecto cuenta una anécdota reciente protagonizada frente a unas visitas a «las que les dije: -Les voy a nombrar treinta zarzuelas y les voy a nombrar treinta óperas, y les voy a decir la parte de cada zarzuela y de cada ópera, y se las puedo tararear, etc.. etc. Y se quedaron asombrados... Todo lo que me agrada, rápidamente lo capto y lo guardo».

Receta de vida
 Para llegar a los 88 años en plenitud Lischetti afirma que existen «recetas». En primer lugar enumera los genes «y después el sistema de vida que cada uno lleva. Mi madre tuvo una salud de hierro, murió a los ochenta años por haberse quebrado la cadera y por haberla tenido dos meses acostada mirando el techo, con toda su dentadura, con toda su lucidez, una maravilla de salud, jamás tuvo un resfriado. Mi padre todo lo inverso».
La longevidad, una especie de herencia familiar, en el caso de don Santiago se ve potenciada por «haber permanecido soltero. La familia es un regalo de Dios, no cabe duda, cuando sale buena. Tanto la esposa como los hijos, pero la familia es una carga, terriblemente pesada, sobre todo para el que no tiene recursos económicos para que todo se le haga fácil. Es un sacrificio permanente, criarlos, conducirlos y darles luego un estudio, una capacidad del nivel que sea para que ubiquen en la vida... Y los padres se mueren sirviendo a los hijos, y si no es a los hijos, es a los nietos».

Lo que mata es el estrés
A estos ingredientes debe sumársele que no conoce «un resfrío o la gripe, ni conozco ningún tipo de dolencia, sacando ahora este inconveniente de la artrosis, que tampoco la tomo en cuenta». El otro elemento esencial es el no haber tenido nunca «problemas económicos, es decir no estuve nunca estresado, Porque es el estrés el que mata». «Yo siempre dispuse de mi tiempo, de mi dinero, como he querido. He viajado por todo el mundo, he estudiado lo que he querido y he hecho lo que me ha gustado. Y he ayudado de paso a los demás, también», dice sin modestia pero sin jactancia.
Esa situación aliviada le permitió dedicarse de lleno a la investigación historiográfica, «por ejemplo, este libro grande (Historia de Villa Constitución 1857-1980) me llevó nueve o diez años. Me iba a Santa Fe... para ir me levantaba a las cuatro de la mañana, llegaba más o menos a los ocho y media, nueve y me sumergía en los archivos... Y me quedaba una semana en los hoteles de Santa Fe o en la casa de una tía mía en Rosario».

Años entre libros
La pasión por la historia «en mí y en muchísima gente» nace «porque a mí toda la vida me apasionó el pasado. Ese tiempo que uno no ha transitado. Me apasionó el pasado y los papeles amarillos». Recuerda que esa pasión lo llevó «a la catedral de San Nicolás a averiguar la exactitud de esa señora, Ruperta Rodríguez, que murió en Villa en la esquina de 14 de Febrero y General López, de 111 años de edad. Había nacido tres años después del pronunciamiento de Tucumán».
Allí se encontró con libros donde constan «los fallecimientos de San Nicolás durante las invasiones inglesas». Y así «me he pasado años enteros de mi vida en ese placer de sumergirme y penetrar en ese mundo ignorado de pasado». Además, «cuando fui secretario de gobierno de la municipalidad, en los momentos que tenía libre pedía que me trajeran los libros de las instituciones».

Las ventajas de la mesura
 Volviendo a las recetas para una vida longeva, Santiago manifiesta: «Yo me he cuidado del tabaco, porque el filtro o el tabaco que sea, se impregna la saliva de nicotina y eso va a la sangre. Siempre me resistí a que el cigarrillo me domine». Además «no me he excedido con el alcohol para nada; soy un enamorado de las tisanas y de los yuyos. He comido de todo, y me gusta la alta y la buena cocina, y la buena bebida, pero todo mesurado. Jamás abusé de los picantes, todo lo que pudiera ser irritante nunca me gustó». Pese a «haber tenido rabietas como todo el mundo», aprendió «a tomar las cosas como venían y jamás me he estresado o preocupado».

La brevedad de la existencia
«Tengo 88 años de vida feliz, y lo que me duele, es precisamente que he llegado a los 88 y quisiera vivir otros 88», dice resignado. «La vida, siempre he dicho, es una enorme inutilidad, porque la vida es un paseo por la tierra, nada más. Y como todo paseo tiene un principio y un final, abstracción hecha de cómo se ha vivido». Reafirmado esta filosofía don Santiago cita un adagio latino que dice: «La vida es breve y la labor es larga. No vivimos nada para lo que hay que aprender y hacer... ¡Yo tendría tanto que escribir y tanto que hacer!".

Maestro rural
Desde 1929 y hasta 1957, momento en que se jubiló como director, Santiago Lischetti ejerció como docente, fundamentalmente en escuelas rurales. «Otro de los tiempos felices», señala. Pese a que el padre deseaba que siguiera en el negocio familiar, un gran almacén, eligió la docencia. «Y toda mi vida, hasta hoy, mi pasión fue enseñar. Veintidós años ejercí la docencia en escuelas rurales -continúa-, me inicié como director en Theobald por eso lo quiero tanto".

BREVE BIOGRAFIA

Hasta aquí el reportaje del año 1999. Comparto ahora algunos datos sobre la prolífica producción y actividad de Lischetti, aportados por el periodista Mario Carrillo a través de sus efemérides que publica diariamente en su Facebook. (www.facebook.com/marioalberto.carrillovillamayor?)
05-10-2007 – Muere Santiago Lischetti: En la madrugada de ese día fallece el docente, historiador y Ciudadano Ilustre de Villa Constitución, don Santiago Lischetti; tenía 96 años. En su homenaje, y por haber sido el impulsor de su formación, se le colocó su nombre al Museo Municipal Histórico y Regional de Villa Constitución (creado el 6 de febrero de 1959)
tras largas jornadas de investigación en la capital provincial y en Rosario escribió sus obras historiográficas esenciales: “Reseñas históricas de Villa Constitución en su Centenario”, “Historia de Villa Constitución 1857-1980”, “Historia de Empalme Villa Constitución 1890-1982” y “Radiografía de Villa Constitución en tres placas”. A ellos hay que agregarles sus cinco libros “Villa Constitución anecdótica y pintoresca” y gran cantidad de folletos que recogen la historia de instituciones y lugares de la ciudad. Al margen de la historia, previamente publicó “Cincuenta temas de lenguaje de 2º grado, en versos para la fijación de los conocimientos” y “Versos para mis niños”, material que fue utilizado por las escuelas de la zona. En cuanto a su obra literaria caben destacarse “Vibraciones”, “Pétalos dispersos”, “Sonetos” y “Antología poética” como así también la letra del “Himno a Villa Constitución” (con música de Mateo Papávero) compuesto con motivo de conmemorarse el centenario de la ciudad. Su labor como historiador le valió ser aceptado como miembro de la Sociedad de Historia de Rosario. Pero seguramente su obra más conocida es la fundación, el 6 de febrero de 1959, del museo que lleva su nombre.
Vivir haciendo: Además participó activamente en la vida de casi todas las instituciones de la ciudad y en plano oficial fue Secretario de Gobierno y Director de Cultura de la Municipalidad (1955 y 1960) y subsecretario del Concejo Municipal (1973 a 1975). Asimismo no hubo medio de comunicación que no lo tuviera como colaborador.

ACLARACION
A Santiago Lischetti se le critica que en su escritos no se aborden los conflictos y movilizaciones populares que dieron origen al Villazo del 16 de marzo de 1974 y la posterior represión del 20 de marzo de 1975.
Al respecto, en su libro "Radiografía de Villa Constitución en tres placas", relata algunos sucesos que le tocó vivir en esa época y previamente señala (ps. 95 y 96):


"1974. Este año está signado por graves acontecimientos que conmueven al país y, entre nosotros transcurren movimientos de protesta de los obre ros metalúrgicos al que se adhiere algún otro gremio de la ciudad, realizando marchas por calle San Martín y muy nutridas tanto corno encendidas concentraciones en nuestra plaza central con pancartas y oradores que señalan las distintas motivaciones que han provocado actitudes masivas de los trabajado res. Se vive un clima tenso. Nadie sabe bien, a ciencia cierta, qué está ocurriendo. La lucha antisubversiva cubre el país y, nuestra ciudad entra en la serie de comunidades víctima de hechos desagradables y luctuosos que con mueven la tranquilidad de sus hogares. Villa es catalogada oficialmente como de "importante foco sedicioso" y nuestro nombre, en el sitio del país en que sea visto y fundamentalmente en las chapas de los automotores es sinónimo de "tirabombas" generando temor, incomunicación, recelo y recogimiento de la gente en todos los niveles. El contexto general de este estado de cosas, desde su génesis a su extinción, configura un inmenso panorama de causas, situaciones y demás, imposible de narrar cabalmente en un orden cronológico de sucesos y motivaciones que tuvieron en vilo a la Nación duran te casi un lustro. Resulta por lo tanto difícil escribir sobre este período sombrío de nuestra historia contemporánea, exponiendo incluso opiniones y conclusiones. Es tarea de tiempo, labor de un equipo plural, investigativo, que llegue a conocer profundamente hasta donde sea posible todo el proceso de causas y efectos y no, por lo tanto, el trabajo de una sola persona como es el caso del que esto escribe que no es un historiador del ámbito nacional, sino únicamente un compilador-narrador de las cosas de su pago natal, dicho todo esto en relación a habérsele señalado la ausencia en sus libros y cuadernos del tratamiento del tema en las tres facetas configuradas por la subversión, la represión y lo que se ha dado en llamar TERRORISMO DE ESTADO".

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